SOBRE MÍ

Desde niña me sentí atraída por todo lo que implicara creatividad e imaginación. Dibujar, escribir relatos o pintar al óleo fueron actividades que llenaron gran parte de mi infancia  y despertaron en mí el interés por el arte; aunque si tuviera que vincular mi yo joyera con alguna circunstancia de mi vida, sin duda sería con la fragua de mi padre: crecí observando cómo  forjaba, entre yunque y martillo, el hierro que salía al rojo de la fragua. Sin saberlo, aquello se iba a convertir en el leitmotiv de mi trabajo.

Con el tiempo esta pasión me llevó a la Escuela de Artes y Oficios Mateo Inurria de Córdoba, donde hice Bachillerato Artístico con la intención de cursar el Grado Superior de «Orfebrería y Platería Artística». Elegí la joyería con la idea de trabajar la plata tal y como mi padre me había enseñado a trabajar el hierro, con un claro concepto del tipo de joyas que quería hacer, influenciadas por la forja y por el trabajo de dos artistas que marcaron mi visión de la joyería para siempre: Albert Paley, que comenzó siendo joyero y  acabó como herrero, y René Lalique, en cuyo trabajo los esmaltes y el vidrio alcanzan su máxima expresión. Con esa premisa desarrollé, sin haber estado influenciada por la forma tradicional de trabajar el oficio, una manera personal de entender la joyería.

Acabados mis estudios, pasé unos años entre manuales de joyería, experimentando con diversas técnicas a base de ensayo y error. A cualquier hora que me asaltaba una idea me sentaba en el banco de trabajo. Fue una época frustrante, ya que a mis manos les quedaban aún grandes los diseños a los que quería dar vida. Decidí solicitar la Sala de Exposiciones de mi ciudad con la intención de mostrar mis piezas y ponerme a prueba. Fue gracias a la acogida que esta exposición tendría por lo que decidí seguir formándome como joyera.

Desde entonces mi obsesión es cumplir mis propias expectativas, dominar las técnicas que decidí usar para desarrollar mis joyas, investigar en el diseño, crear joyas que realcen lo femenino, que lleguen a ser parte del cuerpo y siempre con la misión de embellecer la belleza que ya existe.